Post by TazÄred on Feb 3, 2006 13:21:59 GMT 1
Os paso 2 articulos sobre este culto.
El espagueti volador: una alternativa a las teorías creacionistas
SHEILA GRANDÍO
29 de agosto de 2005
Lo que comenzó siendo una broma entre amigos se ha convertido, gracias a Internet, en un pequeño movimiento popular. Un grupo de universitarios estadounidenses ha elaborado una tesis que basa el inicio de la vida en la existencia de un ser superior con cuerpo de fideos –como los de la sopa. Suena absurdo, evidentemente. Pero sus autores creen que si la comunidad científica termina dando validez a las teorías religiosas, los libros de texto podrían llenarse de explicaciones sobre el universo tan disparatadas como la suya. Fieles, al menos en Internet, no les faltan.
Todo empezó en junio. Un estudiante de Física estadounidense envió una carta abierta al consejo escolar de la Universidad de Kansas en la que aseguraba que el universo había sido creado por un ser llamado el “monstruo del espagueti volador”. En la irónica misiva se instaba al rectorado de este centro a que los planes de estudios incluyeran la enseñanza de esta nueva teoría “científica”.
Podía haberse quedado en una simple (y cómica) anécdota. Pero las redes de Internet y el tirón de un divertido merchandising ayudaron a que el fenómeno se extendiera rápidamente por las universidades de EEUU. En pocas semanas, cientos de seguidores de este nuevo culto, el pastafarismo, hicieron lo mismo en sus respectivos centros.
Con la camiseta del monstruo como bandera, exigen que su teoría sobre el origen del universo obtenga el mismo rango que las teorías religiosas que dicen que Dios creó el mundo. A fin de cuentas –explican- ambas premisas están basadas en la fe.
Los pastafaris entran en el debate nacional
Es, en realidad, parte del debate que más voces está levantando en el sector educativo de EEUU. ¿Se debe enseñar en las escuelas la teoría del “diseño inteligente”, que niega el darwinismo y basa la vida humana en la existencia de Dios? Los conservadores quieren que se incluya en el currículum de las ciencias, pero la mayoría de los científicos opinan que eso sería impartir la religión como una ciencia, algo que no es.
Los orígenes de esta discusión se remontan a los años 80. Hasta entonces, muchas escuelas habían impartido en sus aulas únicamente la visión teocéntrica del origen del universo. Pero los tribunales federales empezaron a obligar a los colegios a que al menos dedicaran el mismo tiempo a las teorías evolucionistas. Algunos grupos religiosos se revelaron, pero lo cierto es que las tesis darwinistas terminaron por imponerse completamente.
En los años 80 los tribunales obligaron a impartir en las escuelas el evolucionismo de Darwin.
Ahora, al menos 20 estados federales discuten sobre la conveniencia de incluir el “diseño inteligente” en el temario de los colegios. Muchos grupos y asociaciones se han unido a la discusión, aunque ninguno lo ha hecho con tanto sarcasmo y buen humor como el grupo de los pastafaris.
Tal vez de ahí venga su tirón.
“Hay pruebas escritas”
“Permítanme que les recuerde que hay varias teorías alrededor del Diseño Inteligente. Entre ellas, la del Monstruo del Espagueti Volador (…) Fue él quien creó el universo. Ninguno de nosotros estuvo ahí para verlo, pero hay pruebas escritas sobre Su poder”.
Así arranca la carta que han enviado cientos de miembros de la “Iglesia del Monstruo Volador del Espagueti” a las instituciones educativas de varios estados federales. Sus firmantes exigen que se conceda igual rango que a las teorías creacionistas.
Dicen que los conservadores hablan de un ‘Creador’ y ellos de un ser compuesto de fideos. Que cambian los protagonistas, pero que los fundamentos son los mismos.
¿Y si el Creador estuviera compuesto por espaguetis?
Es, según han explicado, el Diseño Inteligente llevado al absurdo. “No tengo problemas con la religión. Lo que me molesta es que se venda la religión como una ciencia”, explica Bobby Henderson, el iniciador de este movimiento. “Está bien que enseñen el creacionismo en los colegios, pero no como parte de la asignatura de ciencias. La ciencia es el estudio de fenómenos naturales y observables”.
El debate sobre el Diseño Inteligente lleva tiempo sobre la mesa, pero en las últimas semanas ha cobrado especial fuerza, sobre todo desde que George Bush se mostrara partidario de que esta teoría –apoyada por los conservadores- llegue a las aulas estadounidenses.
La publicación de la “Teoría del Monstruo del Espagueti Volador” también ha contribuido a animar la discusión. En los foros, partidarios y detractores defienden sus tesis e incluso hacen apuestas:
“Doy 25.000 dólares a la persona que pueda probar empíricamente la teoría de la evolución”, reta una internauta a los autores del blog Boing Boing. La respuesta no se ha hecho esperar: “Nosotros daremos un millón de dólares a la persona que pueda probar empíricamente que Jesús no es el hijo del Monstruo del Espagueti Volador”.
Un “culto” que crece en Internet
Enseñar divirtiendo. La “Teoría del Monstruo del Espagueti Volador” ha seguido esta premisa, y lo cierto es que le ha funcionado. La imagen de ese bicho enmarañado se ha convertido en el icono de los opositores del Diseño Inteligente, un hecho al que notablemente han contribuido los productos de la colección de merchandising (el dibujo no era el fuerte del autor, pero con todo el diseño final ha calado).
Ahora, y con estas simpáticas anécdotas de fondo, habrá que esperar a la justicia de los Estados implicados, sobre la que recae la decisión de juzgar si la enseñanza del creacionismo en las escuelas estadounidenses es constitucional o no.
Y si al final el Diseño Inteligente recibe la denominación científica, quedará entonces por ver si la ironía del espagueti emprende su propia batalla legal para abrirse hueco entre las páginas de los libros de texto.
Empezó como una crítica de poco recorrido, se convirtió en un fenómeno en Internet y ahora esperan colarse en las enciclopedias de todo el mundo. La teoría del monstruo del espagueti volador ultima los detalles de un evangelio formato libro para financiar un barco pirata que surcará los mares predicando las virtudes del espagueti.
Si no conoce esta irónica teoría no encontrará sentido a sus progresos pero ellos no cesan en su empeño por convertir su visión del mundo en la nueva religión de los ateos. Los evangelios de la iglesia del espagueti volador saldrán a la venta el próximo día de San Valentín.
Ciencia y religión, diseño y espaguetis
El pasado verano Estados Unidos se encontraba en medio de un gran debate nacional porque algunos grupos conservadores apoyados por Bush trataban de introducir en las aulas una variante del creacionismo que niega a Darwin y basa la vida humana en la existencia de un Creador.
Para estos grupos esta teoría, llamada del ‘diseño inteligente’, debería incluirse en el temario de ciencias de las escuelas públicas porque es “científica”. La propuesta comenzó a ganar adeptos y acabó en los tribunales. Grupos progresistas y la mayoría de los científicos no estaban dispuestos a aceptar “una teoría religiosa como si fuera científica”.
Y fue aquí, en medio de este debate, cuando un estudiante de Física estadounidense dio el primer paso hacia la teoría del espagueti volador.
La carta
Bobby Henderson envió una carta abierta a la Universidad de Kansas en la que aseguraba que el universo había sido creado por un ser llamado el “monstruo del espagueti volador”. En la irónica misiva se instaba al rectorado a que los planes de estudios incluyeran la enseñanza de esta nueva teoría “científica”.
La idea del espagueti rebosa estupidez en la cáscara pero el objetivo de sus autores no es menor: Si las ideas religiosas son admitidas como ‘científicas’, los libros de texto podrían llenarse de teorías tan disparatadas como la del espagueti volador.
Para Henderson y sus fieles la base científica del diseño inteligente es exactamente la misma que la de su ser superior con cuerpo de fideos. Si los conservadores abogan por un ‘Creador’ como origen de todo, ellos sostienen que fue su espagueti quien inició la vida en la tierra.
La historia podría haber terminado aquí pero las cartas se multiplicaron para llegar a muchas otras instituciones educativas de Estados Unidos y una legión de seguidores surgió de Internet para exigir que los pastafaris, que así se hacen llamar los fieles al espagueti volador, tengan igual rango que las teorías creacionistas. Mismos fundamentos, mismos derechos. Si su teoría es científica, la nuestra también.
Del evangelio al parche en el ojo
El próximo 14 de febrero saldrá a la venta The Gospel of the Flying Spaghetti Monster (El Evangelio del Monstruo del Espagueti Volador), un libro que, como todo buen evangelio, ofrecerá las claves de esta religión y servirá como potente herramienta proselitista.
Después, el dinero recaudado por el libro se sumará a los donativos y a los ingresos por merchandising para comprar un barco pirata. Una vez adquirida y fletada, la nave surcará los océanos de todo el mundo llevando la palabra del espagueti volador.
¿Y por qué un barco pirata? Otra de las teorías de los pastafaris establece una “significante relación entre el descenso de piratas en los mares y el calentamiento global” (Ver gráfico adjunto) y si volvemos a poblar los mares de piratas, la temperatura del globo descenderá de nuevo.
La relación entre el descenso de piratas y el aumento de las temperaturas en el mundo es ‘evidente’.
Foto: www.venganza.org.
La clave es la misma. Si el diseño inteligente es “científico” y merece ser enseñado en los colegios nadie podrá negar validez al espagueti, sus corsarios y sus termómetros.
El esquema es sencillo. Con las ventas del libro y otros ingresos varios los pastafaris podrán ponerse un parche en el ojo y salir a convertir infieles.
Foto: www.venganza.org.
El espagueti volador: una alternativa a las teorías creacionistas
SHEILA GRANDÍO
29 de agosto de 2005
Lo que comenzó siendo una broma entre amigos se ha convertido, gracias a Internet, en un pequeño movimiento popular. Un grupo de universitarios estadounidenses ha elaborado una tesis que basa el inicio de la vida en la existencia de un ser superior con cuerpo de fideos –como los de la sopa. Suena absurdo, evidentemente. Pero sus autores creen que si la comunidad científica termina dando validez a las teorías religiosas, los libros de texto podrían llenarse de explicaciones sobre el universo tan disparatadas como la suya. Fieles, al menos en Internet, no les faltan.
Todo empezó en junio. Un estudiante de Física estadounidense envió una carta abierta al consejo escolar de la Universidad de Kansas en la que aseguraba que el universo había sido creado por un ser llamado el “monstruo del espagueti volador”. En la irónica misiva se instaba al rectorado de este centro a que los planes de estudios incluyeran la enseñanza de esta nueva teoría “científica”.
Podía haberse quedado en una simple (y cómica) anécdota. Pero las redes de Internet y el tirón de un divertido merchandising ayudaron a que el fenómeno se extendiera rápidamente por las universidades de EEUU. En pocas semanas, cientos de seguidores de este nuevo culto, el pastafarismo, hicieron lo mismo en sus respectivos centros.
Con la camiseta del monstruo como bandera, exigen que su teoría sobre el origen del universo obtenga el mismo rango que las teorías religiosas que dicen que Dios creó el mundo. A fin de cuentas –explican- ambas premisas están basadas en la fe.
Los pastafaris entran en el debate nacional
Es, en realidad, parte del debate que más voces está levantando en el sector educativo de EEUU. ¿Se debe enseñar en las escuelas la teoría del “diseño inteligente”, que niega el darwinismo y basa la vida humana en la existencia de Dios? Los conservadores quieren que se incluya en el currículum de las ciencias, pero la mayoría de los científicos opinan que eso sería impartir la religión como una ciencia, algo que no es.
Los orígenes de esta discusión se remontan a los años 80. Hasta entonces, muchas escuelas habían impartido en sus aulas únicamente la visión teocéntrica del origen del universo. Pero los tribunales federales empezaron a obligar a los colegios a que al menos dedicaran el mismo tiempo a las teorías evolucionistas. Algunos grupos religiosos se revelaron, pero lo cierto es que las tesis darwinistas terminaron por imponerse completamente.
En los años 80 los tribunales obligaron a impartir en las escuelas el evolucionismo de Darwin.
Ahora, al menos 20 estados federales discuten sobre la conveniencia de incluir el “diseño inteligente” en el temario de los colegios. Muchos grupos y asociaciones se han unido a la discusión, aunque ninguno lo ha hecho con tanto sarcasmo y buen humor como el grupo de los pastafaris.
Tal vez de ahí venga su tirón.
“Hay pruebas escritas”
“Permítanme que les recuerde que hay varias teorías alrededor del Diseño Inteligente. Entre ellas, la del Monstruo del Espagueti Volador (…) Fue él quien creó el universo. Ninguno de nosotros estuvo ahí para verlo, pero hay pruebas escritas sobre Su poder”.
Así arranca la carta que han enviado cientos de miembros de la “Iglesia del Monstruo Volador del Espagueti” a las instituciones educativas de varios estados federales. Sus firmantes exigen que se conceda igual rango que a las teorías creacionistas.
Dicen que los conservadores hablan de un ‘Creador’ y ellos de un ser compuesto de fideos. Que cambian los protagonistas, pero que los fundamentos son los mismos.
¿Y si el Creador estuviera compuesto por espaguetis?
Es, según han explicado, el Diseño Inteligente llevado al absurdo. “No tengo problemas con la religión. Lo que me molesta es que se venda la religión como una ciencia”, explica Bobby Henderson, el iniciador de este movimiento. “Está bien que enseñen el creacionismo en los colegios, pero no como parte de la asignatura de ciencias. La ciencia es el estudio de fenómenos naturales y observables”.
El debate sobre el Diseño Inteligente lleva tiempo sobre la mesa, pero en las últimas semanas ha cobrado especial fuerza, sobre todo desde que George Bush se mostrara partidario de que esta teoría –apoyada por los conservadores- llegue a las aulas estadounidenses.
La publicación de la “Teoría del Monstruo del Espagueti Volador” también ha contribuido a animar la discusión. En los foros, partidarios y detractores defienden sus tesis e incluso hacen apuestas:
“Doy 25.000 dólares a la persona que pueda probar empíricamente la teoría de la evolución”, reta una internauta a los autores del blog Boing Boing. La respuesta no se ha hecho esperar: “Nosotros daremos un millón de dólares a la persona que pueda probar empíricamente que Jesús no es el hijo del Monstruo del Espagueti Volador”.
Un “culto” que crece en Internet
Enseñar divirtiendo. La “Teoría del Monstruo del Espagueti Volador” ha seguido esta premisa, y lo cierto es que le ha funcionado. La imagen de ese bicho enmarañado se ha convertido en el icono de los opositores del Diseño Inteligente, un hecho al que notablemente han contribuido los productos de la colección de merchandising (el dibujo no era el fuerte del autor, pero con todo el diseño final ha calado).
Ahora, y con estas simpáticas anécdotas de fondo, habrá que esperar a la justicia de los Estados implicados, sobre la que recae la decisión de juzgar si la enseñanza del creacionismo en las escuelas estadounidenses es constitucional o no.
Y si al final el Diseño Inteligente recibe la denominación científica, quedará entonces por ver si la ironía del espagueti emprende su propia batalla legal para abrirse hueco entre las páginas de los libros de texto.
Empezó como una crítica de poco recorrido, se convirtió en un fenómeno en Internet y ahora esperan colarse en las enciclopedias de todo el mundo. La teoría del monstruo del espagueti volador ultima los detalles de un evangelio formato libro para financiar un barco pirata que surcará los mares predicando las virtudes del espagueti.
Si no conoce esta irónica teoría no encontrará sentido a sus progresos pero ellos no cesan en su empeño por convertir su visión del mundo en la nueva religión de los ateos. Los evangelios de la iglesia del espagueti volador saldrán a la venta el próximo día de San Valentín.
Ciencia y religión, diseño y espaguetis
El pasado verano Estados Unidos se encontraba en medio de un gran debate nacional porque algunos grupos conservadores apoyados por Bush trataban de introducir en las aulas una variante del creacionismo que niega a Darwin y basa la vida humana en la existencia de un Creador.
Para estos grupos esta teoría, llamada del ‘diseño inteligente’, debería incluirse en el temario de ciencias de las escuelas públicas porque es “científica”. La propuesta comenzó a ganar adeptos y acabó en los tribunales. Grupos progresistas y la mayoría de los científicos no estaban dispuestos a aceptar “una teoría religiosa como si fuera científica”.
Y fue aquí, en medio de este debate, cuando un estudiante de Física estadounidense dio el primer paso hacia la teoría del espagueti volador.
La carta
Bobby Henderson envió una carta abierta a la Universidad de Kansas en la que aseguraba que el universo había sido creado por un ser llamado el “monstruo del espagueti volador”. En la irónica misiva se instaba al rectorado a que los planes de estudios incluyeran la enseñanza de esta nueva teoría “científica”.
La idea del espagueti rebosa estupidez en la cáscara pero el objetivo de sus autores no es menor: Si las ideas religiosas son admitidas como ‘científicas’, los libros de texto podrían llenarse de teorías tan disparatadas como la del espagueti volador.
Para Henderson y sus fieles la base científica del diseño inteligente es exactamente la misma que la de su ser superior con cuerpo de fideos. Si los conservadores abogan por un ‘Creador’ como origen de todo, ellos sostienen que fue su espagueti quien inició la vida en la tierra.
La historia podría haber terminado aquí pero las cartas se multiplicaron para llegar a muchas otras instituciones educativas de Estados Unidos y una legión de seguidores surgió de Internet para exigir que los pastafaris, que así se hacen llamar los fieles al espagueti volador, tengan igual rango que las teorías creacionistas. Mismos fundamentos, mismos derechos. Si su teoría es científica, la nuestra también.
Del evangelio al parche en el ojo
El próximo 14 de febrero saldrá a la venta The Gospel of the Flying Spaghetti Monster (El Evangelio del Monstruo del Espagueti Volador), un libro que, como todo buen evangelio, ofrecerá las claves de esta religión y servirá como potente herramienta proselitista.
Después, el dinero recaudado por el libro se sumará a los donativos y a los ingresos por merchandising para comprar un barco pirata. Una vez adquirida y fletada, la nave surcará los océanos de todo el mundo llevando la palabra del espagueti volador.
¿Y por qué un barco pirata? Otra de las teorías de los pastafaris establece una “significante relación entre el descenso de piratas en los mares y el calentamiento global” (Ver gráfico adjunto) y si volvemos a poblar los mares de piratas, la temperatura del globo descenderá de nuevo.
La relación entre el descenso de piratas y el aumento de las temperaturas en el mundo es ‘evidente’.
Foto: www.venganza.org.
La clave es la misma. Si el diseño inteligente es “científico” y merece ser enseñado en los colegios nadie podrá negar validez al espagueti, sus corsarios y sus termómetros.
El esquema es sencillo. Con las ventas del libro y otros ingresos varios los pastafaris podrán ponerse un parche en el ojo y salir a convertir infieles.
Foto: www.venganza.org.